LA MONA LISA: GEOMETRIA Y SIMBOLO III


La sección áurea y el pentagrama: Fue Luca Paccioli, amigo de Leonardo , quien se aplicó en recoger las propiedades del segmento áureo en su tratado La Divina Proporción, "llamada así por sus propiedades excelsas, supremas, excelentísimas, incomprensibles, inestimables, innumerables, admirables, inefables, singulares ..., que corresponde por semejanza a Dios mismo" Leonardo contribuyó en ella dibujando las figuras que ilustran la obra. 
En ella se hace especial hincapié en el pentágono, por ser este el polígono regular que contiene mejor las cualidades de tal proporción. En un pentágono regular el cociente entre una de sus diagonales y un lado es constante. Este cociente o razón se llama la razón áurea. El número que resulta F=1,61803398875.... se llama número áureo o número de oro (Phi). Dentro del pentágono se inscribe el pentagrama o estrella de cinco puntas, formado por sus diagonales, símbolo de los pitagóricos y con una gran carga de significación hermética.

El pentagrama en La Gioconda: Al analizar la posición de los tres puntos importantes que hemos resaltado a lo largo de este estudio (el ojo, el núcleo del vórtice y su simétrico) nos damos cuenta de que se encuentran en relación áurea. .

Es decir, el segmento (AB) dividido entre el segmento (AC) nos da como resultado el número Phi. O lo que es aún más gráfico, los puntos A, B y C son tres de los vértices que forman el pentágono ( y su pentagrama) oculto en la trama secreta del cuadro.

Dentro del pentagrama hay tres líneas que marcan la composición total.

El segmento (AB) (diagonal central) marca la parte alta de las rocas en la parte derecha del cuadro y la línea de árboles que crecen en la orilla del río en la parte izquierda.
Uno de los lados superiores del pentágono (AC) marca el reflejo de las rocas en el agua.
Una de las diagonales inferiores (BD) es tangente a la curva de los pliegues del ropaje.

La postura de la figura: Observando la disposición general de la supuesta figura femenina, el giro del torso hacia la izquierda nos mostraría en primer lugar el vórtice simbólico oculto para invitarnos a pasar al lado contrario con el gesto de la mano. (En el lenguaje estético de la espiral del contraposto comenzaríamos leyendo la mirada para acabar en el lado inferior y en el sentido opuesto que nos indica la mano).

El cuadro está incompleto: Antiguamente el cuadro contenía dos columnas griegas desaparecidas, una a cada lado, que formaban parte de la tabla y fueron cortadas. Tal vez la aportación de esas imágenes nos proporcionaría información acerca de alguna correspondencia geométrica o simbólica añadida.

Conclusión: ¿Contiene La Gioconda un mapa para perpetuar escondido algún secreto hermético?
Hasta aquí me he atrevido a analizar de manera que queden palpables las correspondencias geométricas y simbólicas que existen latentes en la obra. Sobre lo que hubiera habido o haya en la región Toscana próxima al Puente de Buriano no me corresponde a mi hacer una especulación analítica ya que este tratado ha cumplido ya el objetivo propuesto de servir de complemento para cualquier estudioso interesado en resolver este misterio.

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